Mario Vargas Llosa, el narrador que convirtió las tensiones del poder y la libertad en arte literario, falleció este domingo 13 de abril a los 89 años en su natal Lima. Su muerte deja un hueco irreparable en la literatura hispanoamericana y en la conciencia crítica de una región que encontró en su pluma una mirada implacable y lúcida.
Nacido en Arequipa en 1936, Vargas Llosa fue un autor precoz, polémico y visionario. A los 27 años revolucionó la narrativa en español con La ciudad y los perros, una novela que rompió esquemas estéticos y sacudió a la conservadora sociedad peruana. Ese fue apenas el inicio de una obra vasta, que incluye títulos como La casa verde, Pantaleón y las visitadoras, Conversación en La Catedral y La fiesta del Chivo.
Fue una de las voces más prominentes del Boom latinoamericano, ese movimiento que cambió la literatura del continente en los años 60 y 70. Compartió cartel con figuras como Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y Julio Cortázar, aunque su relación con ellos no siempre fue armónica. Vargas Llosa no era hombre de silencios ni de medias tintas.
Más allá de su talento literario, fue un intelectual comprometido con la política. Su evolución ideológica —del entusiasmo por la Revolución Cubana al liberalismo sin ambages— marcó buena parte de su trayectoria pública. En 1990 se postuló a la presidencia del Perú, en una elección que perdió ante Alberto Fujimori. Pese a la derrota, se consolidó como una figura clave en el debate político latinoamericano.
El Premio Nobel de Literatura le llegó en 2010, reconociendo una obra “que ha trazado cartografías del poder y de la resistencia individual con una ironía afilada y precisa”. Ese galardón coronó una trayectoria decorada también con el Premio Cervantes, el Príncipe de Asturias y muchos más.
Fue también un ciudadano del mundo. Vivió en París, Londres, Barcelona y Madrid. Obtuvo la nacionalidad española en 1993 y la dominicana en 2022. En 2011, el rey Juan Carlos I lo nombró marqués de Vargas Llosa, y en 2023 ingresó a la Academia Francesa.
Su última novela, Le dedico mi silencio, publicada en 2023, fue una reflexión sobre el Perú, la música y la utopía, a modo de epílogo de una carrera literaria única. Fue su despedida silenciosa pero potente, como quien baja el telón sabiendo que su obra ya pertenece al mundo.
Mario Vargas Llosa no sólo escribió novelas: escribió la historia de un continente a través de sus contradicciones. Con su muerte se va el último gran representante del Boom, pero se queda la voz de sus personajes, los ecos de sus ideas y la claridad de su pensamiento, como faros para lectores presentes y futuros.